jueves, 5 de mayo de 2011

EL CAMBIO CLIMATICO

El cambio climático amenaza alimentos

Organismos gubernamentales, internacionales y académicos pintaron ya el futuro de México en materia de cambio climático.
Las conclusiones a las que llegaron establecen que entre 2020 y 2025 las lluvias disminuirán, se agravará la escasez de agua y las temperaturas extremas causarán estragos en la vida cotidiana. El sector alimentario será uno de los más afectados.
La poca agua disponible será insuficiente para abastecer cultivos de riego, al ganado e incluso a los humanos.
Distintas proyecciones realizadas por investigadores del Instituto Nacional de Ecología, UNAM, IPN y ONU mencionan que en el norte del país prevalecerán más las sequías; en el centro, las heladas e inundaciones y en el sur, las lluvias extremas y los huracanes.
Los estudios advierten que en 10 años se reducirán las zonas de cultivo de maíz, principalmente en Sonora. Este grano será de los más impactados por el calentamiento global, debido a que gran parte de su producción es de temporal.
Pero en 40 años el escenario se tornará peor: “La superficie de cultivo pasará de 40% del territorio nacional a sólo 25% del país, lo que implica que el área total de cultivo de maíz se reducirá en una tercera parte” y alertan: “Esto claramente afectará la posibilidad de alimentar a una población creciente”.
Expertos y productores advierten sobre los riesgos de hambruna, pues el mundo sufrirá también los estragos del clima y no habrá alimentos para completar los granos que México necesita. Recordaron que el país perdió ya la autosuficiencia agrícola, por lo que urgieron a dar un sentido “estratégico” al campo para garantizar las cosechas futuras.
EL UNIVERSAL informó ayer que la Auditoría Superior no encontró registros de que el gobierno federal haya utilizado un préstamo del Ba

Sequía sin precedentes en el Amazonas

Dos equipos espaciales de la NASA observan la reducción de las áreas verdes en la selva

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Sequia/precedentes/Amazonas/elpeputec/20110329elpepusoc_14/Tes

El verano pasado hubo una sequía sin precedentes en el Amazonas y dos equipos espaciales de la NASA observaron sus efectos. La selva no recuperó su estado normal hasta bastante después de terminar el período seco, a finales de octubre de 2010. "El verdor de la vegetación, que es una medida de su salud, disminuyó en un área superior a tres veces y media el Estado de Texas", explica Liang Xu (Universidad de Boston), que lidera la investigación.
Efectos de la sequía
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Anomalías de la vegetación provocadas por la sequía en el Amazonas de julio a septiembre de 2010, medidas por dos índices de vegetación.- NASA

La sensibilidad a la sequía de la selva amazónica se está estudiando intensamente. Los modelos de proyección climática indican que en el futuro el aumento de las temperaturas y la alteración de los patrones de precipitaciones pueden disminuir la humedad en la región, provocando una sustitución de la selva húmeda por vegetación tipo sabana leñosa o praderas, explican los expertos de la NASA. Esto supondría la emisión a la atmósfera del carbono almacenado en la madera putrefacta, lo que aceleraría el calentamiento global. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), de Naciones Unidas, ya alertó acerca del riesgo de que la Amazonía sufra en el futuro fuertes sequías más frecuentemente que ahora.
El equipo científico ha analizados los datos correspondientes a más de una década tomados por los instrumentos de la NASA MODIS (un espectroradiómetro) y TRMM (en colaboración con la agencia japonesa Jaxa) obteniendo así mapas detallados del verdor decreciente de la vegetación desde la sequía de 2010 en la Amazonía. Los resultados de la investigación se publicarán en la revista Geophysical Research Letters.
En los mapas se observa la reducción del verdor en un área de unos dos millones y medio de kilómetros cuadrados, lo que significa más de cuatro veces el área afectada en la región por la sequía de 2005. "Los datos de vegetación del Modis sugieren un impacto mayor, más extenso y más prolongado en la vegetación amazónica de lo que se puede inferir sólo a partir de los datos de precipitaciones", apunta Aridam Samanta (Atmospheric and Environmental Research Inc.).
Pero la gravedad de la sequía de 2010 se apreció también en los registros de los niveles del agua de los ríos de la cuenca del Amazonas, incluyendo el rio Negro. Esos niveles empezaron a descender en agosto del año pasado, alcanzaron un récord a finales de octubre y sólo empezaron a recuperarse con la llegada de las lluvias. "El año pasado fue el más seco en la región desde que se tienen registros del nivel de agua del Río Negro, hace 109 años, en el puerto de Manao, afirma el científico brasileño Marco Costa (Universidad Federal de Viçosa).